viernes, 1 de marzo de 2013

Apoyo de cubanos en Cancún

En días pasados tuvimos la noticia de algunos cambios importantes en el ámbito político de nuestro país. Indudablemente un paso de avance en cuanto al proceso electoral y la dirección del proyecto socialista cubano. 
Bajo las miradas escépticas de los medios internacionales, Cuba demuestra con el traspaso generacional del mandato presidencial, que la Revolución Cubana es dialéctica e incluyente.
"La mayor satisfacción es la tranquilidad y serena confianza que sentimos al ir entregando a las nuevas generaciones la responsabilidad de continuar construyendo el socialismo", expresó Raúl Castro, el pasado 24 de febrero en la Sesión Constitutiva de la Asamblea Nacional del Poder Popular, en su Octava Legislatura, y del Consejo de Estado, celebrada en el Palacio de Convenciones de la capital cubana.
Al respecto, la comunidad de cubanos residentes en Cancún, organizados en la Asociación Cultural de Cubanos Residentes en Cancún, manifiesta el respaldo a estas medidas que permitirán la participación de las nuevas generaciones en la dirección del país.
Con beneplácito observamos estas resoluciones que incluirán además en cargos de importancia no solo a jóvenes, con un promedio de edad de 48 años, sino también a las mujeres, que cada vez demuestran mayor participación en diferentes ámbitos.
Consideramos pertinente anexar un artículo del periodista Fernando Ravsberg, sobre el recién electo Primer Vicepresidente del Consejo de Estado y Primer Vicepresidente del Consejo de ministros, Miguel Díaz Canel Bermúdez.



El traspaso generacional

Fernando Ravsberg | 2013-02-28, 14:16
Miguel Díaz Canel
"Mira ese es el secretario del partido en la provincia", me dijo un amigo mientras me señalaba a un joven de unos 35 años que hacía cola en una pizzería de la ciudad de Santa Clara. Costaba identificarlo, llevaba el pelo largo y vestía pantalón corto y una camiseta.
Me contaron que se movía en bicicleta y que solo utilizaba el automóvil oficial cuando salía de la ciudad. Aseguran que algunos cuadros superiores del Partido Comunista no lo veían con buenos ojos y que le reclamaron que se vistiera y comportara como un Primer Secretario.
Yo andaba por allí para cubrir un Festival Nacional de Travestismo que se desarrollaría en el Mejunje, un centro cultural de Santa Clara en el que comparten espacio espectáculos de rock y de travestis, días del bolero, discoteca gay, galería de arte y centro de conciertos.

Eran años muy difíciles para este único santuario de la comunidad LGBT, un oasis en medio de la árida hostilidad homofóbica. Recuerdo que un funcionario se quejó porque en un reportaje sobre los travestis mencioné la relación del Che Guevara con esa ciudad.
Silverio, el hombre que fundó y dirige el Mejunje, me explica que el proyecto sobrevivió, entre otras cosas, gracias a que Miguel Díaz Canel soportó las presiones de arriba. "Por eso cuando le regalamos nuestro libro escribimos una dedicatoria que dice: Gracias por tu complicidad".
Lo cierto es que mientras en La Habana la policía detenía a los "hombres vestidos de mujer" por escándalo público, en Santa Clara los travestis se paseaban por las calles, iban a la universidad y tenían incluso espectáculos sin que nadie los molestara.
La apertura cultural dio espacio a otros marginados, surgió un poderoso movimiento de "rockeros" y los amantes de los tatuajes eligieron la ciudad para hacer sus encuentros anuales. En Santa Clara lo "diferente" empezaba a dejar de ser un estigma.
Un sábado por la noche en el parque Vidal es una muestra de integración social, en los mismos bancos se sientan guajiros, abuelos boleristas, rockeros y travestis, mientras un par de policías contemplan la escena, inmutables, desde una esquina.
De Villa Clara lo enviaron a la provincia de Holguín, una persona que trabajó con él cuenta que fue allí para reorganizarlo todo. Dicen que la corrupción era tal que parecía incontrolable y aseguran que lavó los trapos sucios de forma radical pero muy discreta.
Raúl Castro lo trae desde esa provincia para reformar la enseñanza superior, demasiado masiva, muy abstracta y poco vinculada a la economía del país. El reto fue enorme porque la tarea implicaba luchar contra ideas muy arraigadas en la sociedad.
Un profesor me cuenta que como Ministro de Educación Superior lo primero que hizo fue visitar la Universidad de La Habana para escuchar a los viejos catedráticos, que se quejaron porque llevaban años elaborando propuestas que muy pocos leían y nadie aplicaba.
Aseguran que tras la primera reunión pidió que algunos de esos mismos profesores lo instruyeran en el tema de la Educación Superior y, a partir de ese momento, se le veía llegar cada día, sobre la 6 de la tarde, como si fuera un simple alumno más.
Para nosotros, los periodistas, el trabajo será cuesta arriba porque no es muy amigo de hacer declaraciones a la prensa. Tiene un estilo de bajo perfil mediático que le permite moverse más libremente pero que a nosotros nos obligará a trabajar más.
Díaz Canel nace con la revolución y transita peldaño a peldaño la escalera del poder, apoyándose en una gestión eficiente de cada tarea que le encomiendan. Lejos de la capital desarrolla cualidades de liderazgo normales en quien tiene que arreglárselas solo.
Su nombramiento como segundo al mando lo acaba de potenciar como candidato del Partido Comunista para la presidencia en las próximas elecciones. Con ello el liderazgo histórico de la revolución dio un paso definitivo en el traspaso generacional.

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